Verano eterno




Se acabó el verano eterno.
Caracolas sepultadas
en la arena.
Pálidos peces
fugitivos.
Olas grises
bañadas
por lágrimas de lluvia
-como si de algo valiera
el lamento del cielo-.
Una hoja
cae del árbol
y nos dibuja en el aire
su danza de despedida.

Se acabó,
es el final.
Se ha marchitado el verano,
nos anuncia el vendaval
entre silbidos de furia.
El sol se retira, exhausto.
La noche extiende su velo.
Velo negro,
negra noche,
¿hasta cuándo?

Melodía del adiós.
Otro verano atrás.
No me hables del ayer.
¡Para qué quiero el verano
si queda lejos el mar!



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