Sabes que soy reservado, un punto huraño, si quieres. Callado me pierdo… pensando en no sé qué cosas. Son absurdas, a menudo, o intranscendentes, quizás. No me tomes tan en serio.
Se escurren mis pensamientos por fisuras de lo real. Me evaporo hasta borrarme en la calma de la tarde. Obsesionado me aferro a la rosa de los vientos, trazando en el aire rutas de un azaroso final. Trato de comprender el porqué de una mirada, aun sabiendo de antemano que es pretensión excesiva encontrar una respuesta.
Desconfía cuando libro un torrente de palabras, ya sabes que soy experto en buscar tres pies al gato, cuando la pura evidencia señala que tiene cuatro. En las aguas turbulentas cuesta apartar la hojarasca para dejar lo esencial. La riada arrastra engaños ocultos tras la verdad, deposita en las riberas lo anodino y lo valioso, la escoria y lo primordial.
Mejor si me callo ahora. Sosiego en tiempos de ruido. La verdad vive desnuda, ajena a todo artificio. No me pidas lo imposible y escucha de mi silencio, si te interesa saberlo, lo que no te dije nunca.