Piensa, mira, saca cuentas,
camina con paso firme,
esconde tu desconsuelo,
maestro del disimulo.
Que nadie alcance a entrever
que te quebraste por dentro,
en qué insondables abismos
se extravió tu cordura.
Ignora el dolor sin nombre,
oculta la herida abierta,
confina tras siete llaves
tu estrepitoso naufragio.
Encubre que eres un fraude,
desdeña tu desengaño,
disfraza tras gesto recio
tu materia vulnerable.
Alza fiero la cabeza,
levanta altivo la guardia,
refuerza el muro de hielo
que detendrá cualquier golpe.
Conserva la compostura,
muestra arrogante tu orgullo.
Frente a tanto espejo roto,
luce tu mejor sonrisa.