
La noche extiende su manto oscuro de luna nueva. Ulises, de pie en la proa, absorto clava sus ojos en la costa que se acerca. ¡Ítaca! ¡Ítaca! temblonas gritan las llamas de las hogueras en tierra. Diez años de guerra en Troya, diez de azaroso regreso. Mañana llegará a puerto, toca a su fin la odisea. Los vientos le son propicios, prestos empujan la barca. Las estrellas le dibujan el trazado luminoso que indica el regreso a casa. Ulises mira hacia el frente. ¡Ítaca! ¡Ítaca! ¡Cuántas veces ha soñado con este exacto momento! ¡De aquí sacaba la fuerza para continuar el viaje! ¿De dónde, entonces, la sombra? ¿Por qué su desasosiego? Penélope allí lo espera. ¿Seguirá firme la roca frente a la furia del tiempo? Telémaco habrá crecido. Lo dejó cuando era un crío, ahora será un hombre recio. Siente inflamarse en su pecho la urgencia por estrecharlos en sus brazos y tenerlos a su lado, piel con piel. ¡Los echó tanto de menos! Y, sin embargo, la duda, esa punzada de hielo. ¿Qué le depara el futuro? ¿Quedará varado en tierra? ¿Se caerá del pedestal del héroe de leyenda para ponerse a la altura de los humildes mortales? ¿Tendrá su mayor contento en contemplar con ternura el despertar de otras vidas, viendo crecer a sus nietos? Tal vez aprenda a hacer punto. Enfrentará los inviernos que traen los años, tan fríos, con Penélope a su lado, tricotando junto al fuego. Tejer y destejer luego, para sentir que aún le queda algún trabajo pendiente entre manos, un proyecto. ¿Frecuentará las tabernas donde se bebe retsina? ¿Cuando el trasiego de alcohol vaya librando su lengua les narrará las historias de Calipso y Polifemo, de cíclopes y sirenas? ¿Repetirá tantas veces sus pasadas aventuras que sus fieles camaradas las recitarán a coro? ¿Llegará el día aciago en el que oirá a alguno de ellos murmurar a sus espaldas: ese pesado de Ulises, siempre las mismas batallas? Ulises, de pie en la proa, mirando a tierra suspira. El héroe regresa a casa. ¡Ítaca! ¡Ítaca! El viaje toca a su fin. Ha completado su hazaña. No sabe si de alegría, sus ojos se vuelven agua.