
Es media tarde, luce el sol, quedó atrás el invierno. Paseo sin rumbo, sin motivo, porque sí. Me pierdo en la ciudad que -hoy- sonríe. Es primavera, nacieron miles de flores, el aire sopla muy dulce... Junto a la ría, una pareja se abraza. Te amaré mientras viva, dice uno de ellos. Y al instante me pregunto -perdón por ser descreído- si tendrá la muerte en puertas, o cuánto tardará el viento en arrastrar con su furia este instante de promesas.